Machu Picchu es un asentamiento que fue construido por los incas en el siglo XV. Inca, o Inka, es el nombre que se les daba a los habitantes de la cuenca del río Huatanay, en cuya ribera se levanta la ciudad del Cusco. Los incas, antes de esos tiempos, habían logrado formar un reino que dominaba la parte media del río Vilcanota.
La leyenda cuenta que ese reino había sido fundado, en tiempos inmemoriales, por un héroe llamado Manco Capac y por su esposa Mama Ocllu, cuyos orígenes se confunden con los de los apus y los dioses tutelares de su mitología, y están llenos de eventos mágicos y sagrados que hablan de la instauración de las faenas agrícolas, las artesanías, la fundación de ciudades y el establecimiento del orden.
El cerro Machu Picchu se levanta sobre la cadena de Vilcabamba, donde se sitúa, entre otros, el nevado Salkantay, a 6 271 msnm, considerado como apu o montaña sagrada de los incas, y quizá la más importante. El sitio mismo está situado a 2 360 msnm y a 13°1' de latitud sur, mientras que el cerro aledaño, el Wayna Picchu, está a 2 560 msnm y a 13o7' de latitud sur. El río Urubamba, en el punto que da inicio al ascenso hacia el santuario, donde se ubica la estación de ferrocarril, está a 2 000 msnm. El paisaje está configurado por una serie de cerros y montañas de gran pendiente, con laderas casi verticales y quebradas profundas y estrechas por donde corren ríos sonoros y de aguas turbulentas.
Tiene un clima constante, templado, que oscila entre los 10°C y los 21°C, con temperaturas más bajas en las mañanas y más altas al mediodía, y sin grandes cambios en el curso del año. Es decir de un ambiente húmedo, característicos de esta sección oriental de los Andes.
El santuario de Machu Picchu está dividido en dos grandes sectores -uno el sector agrícola y el otro el urbano, o la ciudadela- de los cuales el primero rodea al segundo. Podríamos considerar el cerro Wayna Picchu como un tercer sector. El principal camino de acceso a Machu Picchu, que viene del Cusco por el sur (Qosqoñan), cruza la cresta del cerro y llega a la entrada del santuario después de pasar por áreas con construcciones aisladas -como la que ahora se denomina el mirador-, puestos para vigías o guardianes, qolqa o graneros y abundantes terrazas agrícolas. También había otros caminos, como el que hacía accesible el río desde el santuario por el noreste. Actualmente se ha habilitado, para la visita de los turistas, un camino que antes no existía y que corre paralelo al Qosqoñan.
El santuario propiamente dicho es una ciudadela conformada por palacios y templos, viviendas y depósitos, pero, sobre todo, por edificios que cumplían claramente funciones ceremoniales religiosas cuyos componentes más lujosos y espectaculares son los mausoleos labrados en la roca. Tanto los edificios como las plazas y las plataformas que constituyen el sector urbano están conectados entre sí mediante un sistema de estrechas callejas o senderos, mayormente en forma de escalinatas, que se cruzan con las terrazas que siguen un eje longitudinal plano. La plataforma principal del sector urbano es una amplia plaza -la plaza mayor- que a su vez divide los edificios en hanan ("arriba") y en urin ("abajo"). El sector urbano estaba rodeado de medios que impedían el acceso al santuario, como el muro de defensa y la profunda y ancha zanja, o foso seco, que rodeaban todo el conjunto, no como parte de una fortificación militar, sino como una forma de aislamiento ceremonial restringido.
miércoles, 27 de febrero de 2008
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